lunes, 7 de noviembre de 2011

Deus Ex: Human Revolution [Análisis]

¿Hola? ¿Hay alguien por ahí todavía? La verdad es que me sorprendería que sí, ya que nos hemos pegado un buen parón durante el verano (y parte del otoño)… Bueno, en fin, que la gente de la Alabarda de Palta seguimos por aquí y estamos preparados para volver a dar caña con más artículos interesantes sobre música, videojuegos, noticias interesantes y demás cosillas.

Lo cierto es que en un verano pueden pasar mil cosas: son tres meses cargados de sol, playa y piscina, pero lo bueno llega en septiembre. Claro está que me refiero a la vuelta al cole la salida de nuevos videojuegos al mercado, y algunos de ellos son de los que ya hacían falta para el beneplácito de los gamers. Es el caso del videojuego que comentaré atención y que no me ha dejado indiferente en absoluto. Se trata de Deus Ex: Human Revolution, la tercera entrega de la saga de Eidos que ha sido bien recibida por casi todos, con unas notas bastante buenas entre los principales sitios de videojuegos. Como gran fanboy de la saga que me considero, ofrezco en estas líneas mi humilde opinión sobre un juego que me ha marcado y que no olvidaré fácilmente. Más tras el salto…

Año 2027. Es una época de gran innovación y avances tecnológicos. También es una época de caos y conspiración. […] Las corporaciones tienen más poder que los gobiernos. Todos luchan por el poder…para conseguir el control.

Así es como se presenta el videojuego en su trailer, y así es exactamente el mundo en el que nos sumergiremos con DEHR (permítanme abreviar, porque no acabaría nunca…). Encarnamos la figura de Adam Jensen, un agente de seguridad ex-SWAT contratado por la compañía Sarif Industries, principal distribuidora e investigadora de los llamados aumentos humanos. Estos aumentos son mejoras tecnológicas insertadas en humanos, que permiten alcanzar habilidades impensables para cualquiera. Estos aumentos facilitan tanto la vida, como provocan controversia entre los más conservadores, ya que piensan que se está jugando a ser dios y que debemos dejar que la evolución siga su curso sin ser alterada.

El comienzo del juego se da cuando los laboratorios de Sarif sufren un ataque de terroristas pro-humanos, que destruyen gran parte de las instalaciones, y además secuestran a Megan Reed, investigadora que recientemente ha encontrado algo que hace pensar al resto de científicos que se llevará sin duda el próximo Nobel, y que además es “íntima amiga” de nuestro protagonista. En una lucha por la seguridad de Megan, Adam resulta gravemente herido y se ve obligado a implantarse en contra de su voluntad estos aumentos, convirtiéndose en una especie de cyborg. A partir de aquí, investigaremos el ataque para saber quién está detrás de él, por qué, y lo más importante para Jensen, descubrir qué ha sido de su compañera Megan.

¿A que dan ganas de jugarlo sólo por la historia?

La historia pinta de maravilla, y lo cierto es que el juego en cuanto a aspectos más técnicos apenas nos va a dejar que desear. Resulta difícil dar credibilidad a un mundo tan lejano o utópico, quizás, pero los gráficos de DEHR ayudan de tal manera que uno no es capaz de encontrar nada que parezca imposible. No sólo el motor utilizado hacen que los gráficos sean magníficos, sino la cantidad de elementos de adorno que encontramos por todo el juego hacen que el escenario sea idóneo, y casi casi nos mete a nosotros dentro del mundo de Jensen (y eso que lo he jugado en mi limitadito PC, me imagino los graficazos en consola…). También he leído que uno de los grandes puntos a favor que tiene en cuanto a gráficos se refiere DEHR se debe a su gama de colores que se mueve en todo momento en tonos marrones y amarillentos, que hace referencia al color de los pergaminos renacentistas, arte del cual se nutre en gran parte el decorado del juego (qué cosas…).

Pero claro, un juego no son sólo sus gráficos, también cuenta (aparte de la historia) la jugabilidad, que es donde, quizá el juega se queda mínimamente corto. Primeramente, he de aclarar que el género donde cabe este juego es una mezcla entre shooter y rol. Es por eso por lo que en ciertos aspectos del combate, el juego decae, como por ejemplo, siempre que uno se cubre, la cámara cambia de primera a tercera persona, quitando emoción al combate y dándote clara ventaja sobre tus enemigos, ya que el radio de visión de tus alrededores es mucho mayor que en primera persona. Pero lo que más define a la saga es ese toque de rol presente, en alguna ocasiones en los diálogos, que te permitirán acceder a ciertos aspectos o a otros; y sobre todo, las decisiones de cómo afrontar el paso por una zona llena de enemigos. En todos los juegos se nos ofrece la posibilidad de entrar a balazos, de buscar un conducto de ventilación o algún pasadizo oculto para cruzar la sala, o también se dan casos en los que se pueden mezclar ambos métodos. DEHR no iba a ser menos, y es que además no sólo se nos ofrece la opción del sigilo, sino que se nos recompensa por seguir estos caminos ocultos con más puntos de experiencia, permitiéndonos no sólo esquivar ciertos enemigos molestos, sino que también ahorraremos munición para cuando realmente la necesitemos.

“Vaya, quizá debí haber escogido el otro camino…”

Y aquí es donde viene el “fallo” (reitero, entre comillas) de este juego: los enemigos finales. Es lógico que estos especímenes sean un poco más complicados de derrotar que los enemigos comunes, pero un poco no significan que el juego utilice cheats contra ti. Luchar contra un tío que tiene una ametralladora en el brazo con munición infinita, contra una tía que corre lo que no está escrito y se vuelve invisible y contra un imbécil que de super saltos y tiene granadas de todo tipo también infinitas no alienta mucho a seguir el juego para encontrarte a otro de estos jefazos. Y lo peor de todo, que cuando te tocan estos enemigos, se acabó el rol del que hablaba antes: ahora te jodes y te los tienes que cargar por la fuerza. Así de simple. Esto es lo que tiene encargarle a otras desarrolladoras los jefes finales, que no van acordes con la dinámica del juego.

Eidos ha intentado paliar este fallo sonado por mucha gente en su recién salido DLC: DEHR – The Missing Links, en la que se extiende lo ocurrido con Jensen durante una travesía que se omitía en el juego original. En este descargable, el jefe final sí fue desarrollado por ellos mismos, pero tampoco terminó de molarme. Simplemente, era un enemigo más que tenía 2000000000000000000 escoltas en posiciones privilegiadas, pero que echándole paciencia, no suponía gran dificultad (por ejemplo, yo me cargué al jefe aturdiéndole con un arma eléctrica de cuerpo a cuerpo…).

Por último, para terminar ya con este análisis, me gustaría hacer especial mención a la banda sonora del juego, compuesta por Michael McCann y que ha sido recientemente nominada a Mejor Banda Sonora Original y su creador a Mejor Compositor de los Premios de Hollywood a la Música en Medios Audiovisuales. Si os soy sincero, cada vez que escucho esta BSO se me ponen los pelos de punta. Es simplemente magnífica, y os recomiendo que la escuchéis, aunque el juego no os haga tilín.

Y termino, como no, con el trailer del que va a ser sin duda, uno de los mejores juegos de este 2011 y del que sin duda no me olvidaré en mucho, mucho tiempo. Saludos.

Deus Ex: Human Revolution–Trailer Español

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